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La alimentación para bebés ¿cómo debe ser?

La alimentación para bebés ¿cómo debe ser?

La alimentación para bebés es fundamental para su desarrollo armónico y pleno, algunos expertos afirman que “somos lo que comemos” y eso sería especialmente aplicable a este periodo de edad tan sensible y entrañable.

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Un 45% de la carga de morbilidad de los menores de 5 años se asocia a la desnutrición. La alimentación del lactante y del niño pequeño es fundamental para mejorar la supervivencia infantil y fomentar un crecimiento y desarrollo saludables. Los primeros 2 años de la vida del niño son especialmente importantes, puesto que la nutrición óptima durante este periodo reduce la morbilidad y la mortalidad, así como el riesgo de enfermedades crónicas, y mejora el desarrollo general.

Es muy importante saber cómo debe ser la alimentación para bebés durante los dos primeros años de vida que tan importante son para su correcto y sano desarrollo.

Una lactancia materna óptima tiene tal importancia que permitiría salvar la vida de unos 800.000 menores de 5 años todos los años. En los países en que la prevalencia del retraso del crecimiento es muy alta, la promoción de la lactancia materna y de una alimentación para bebés complementaria adecuada, podría evitar la muerte de unos 220.000 menores de 5 años.

Durante los 6 primeros meses de vida la alimentación para bebés debe ser exclusivamente la lactancia materna.

La OMS y el UNICEF recomiendan: iniciar inmediatamente la lactancia materna en la primera hora de vida;  lactancia exclusivamente materna durante los primeros 6 meses de vida e introducción de alimentos complementarios seguros y nutricionalmente adecuados a partir de los 6 meses, continuando la lactancia materna hasta los 2 años o más.

alimentación para bebés

La lactancia materna es fundamental en la alimentación para bebés, no sólo por los beneficios que aporta a los bebés sino también a las madres.

Sin embargo, muchos lactantes y niños no reciben una alimentación óptima. Así, por ejemplo, por término medio sólo aproximadamente un 38% de los lactantes de 0 a 6 meses reciben lactancia exclusivamente materna. La lactancia exclusivamente materna durante los primeros 6 meses de vida aporta muchos beneficios tanto al niño como a la madre. Entre ellos destaca la protección frente a las infecciones gastrointestinales, que se observa no solo en los países en desarrollo, sino también en los países industrializados.

La leche materna también es una fuente importante de energía y nutrientes para los niños de 6 a 23 meses. Puede aportar más de la mitad de las necesidades energéticas del niño entre los 6 y los 12 meses, y un tercio entre los 12 y los 24 meses. La leche materna también es una fuente esencial de energía y nutrientes durante las enfermedades, y reduce la mortalidad de los niños malnutridos.

Los adultos que recibieron lactancia materna en la infancia suelen tener menor tensión arterial y menores concentraciones de colesterol, así como menores tasas de sobrepeso, obesidad y diabetes de tipo 2. La lactancia materna también contribuye a la salud y bienestar de las madres: reduce el riesgo de cáncer de ovario y mama, y ayuda a espaciar los embarazos.

Alrededor de los 6 meses, las necesidades de energía y nutrientes del lactante empiezan a ser superiores a lo que puede aportar la leche materna, por lo que se hace necesaria la introducción de una alimentación complementaria. Si no se introducen alimentos complementarios cuando el niño cumple los 6 meses o si son insuficientes, su crecimiento puede verse afectado.

Principios de una alimentación para bebés complementaria apropiada:

  • [spacer style=”1″]Seguir con la lactancia materna a demanda, con tomas frecuentes, hasta los 2 años o más; ofrecer una alimentación que responda a las necesidades del niño.
  • [spacer style=”1″]Mantener una buena higiene y manipular los alimentos adecuadamente.
  • [spacer style=”1″]Empezar a los 6 meses con pequeñas cantidades de alimentos y aumentarlas gradualmente a medida que el niño va creciendo
  • [spacer style=”1″]Aumentar gradualmente la consistencia y variedad de los alimentos; aumentar el número de comidas
  • [spacer style=”1″]Dos a tres comidas al día para los lactantes de 6 a 8 meses, y tres a cuatro al día para los de 9 a 23 meses, con uno o dos refrigerios adicionales si fuera necesario
  • Ofrecer alimentos variados y ricos en nutrientes
  • Utilizar alimentos complementarios enriquecidos o suplementos de vitaminas y minerales si fuera necesario; durante las enfermedades, aumentar la ingesta de líquidos, incluida la leche materna, y ofrecerles alimentos blandos y favoritos.

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