
Aumentan las alergias e intolerancias alimentarias

En la sociedad en que vivimos es muy frecuente la aparición de alergias a alimentos de diversa Ãndole, los aditivos, conservantes, colorantes y antioxidantes a veces contribuyen a acrecentar este problema que ya de por sà es más que relevante.
Se trata de una reacción anormal del organismo mediada por el sistema inmunológico ante un alimento o aditivo alimentario. No se debe confundir con la intolerancia a un alimento, que está mediada por otros mecanismos. La prevalencia estimada de las alergias alimentarias en el mundo según la OMS es del 1% al 3% en los adultos, y del 4% al 6% en los niños. En España la alergia a los alimentos está creciendo, ya que se ha duplicado el número de diagnósticos en poco más de una década, pasando de una prevalencia de 3,6% al 7,4% aproximadamente.
La alergia a los alimentos varÃa bastante con la edad, ya que según la edad se puede ser más proclive a sufrir alergia a un tipo u otro de alimentos: en la infancia temprana se tiende a una mayor alergia provocada por alimentos como la leche, el huevo o el pescado y a medida que se crece hay más probabilidad de sufrir alergia por legumbres, frutos secos, frutas, marisco y hortalizas.
También ocurre que los niños sufren más alergias alimentarias que los adultos. La razón es que el aparato digestivo de un niño tiene más capacidad de absorción que el de un adulto, por lo que el alérgeno penetra en el organismo en mayor cantidad. Y además, cuando el niño empieza a tomar alimentos distintos de la leche materna, su sistema inmunitario todavÃa está inmaduro, por lo que existe mayor riesgo de desarrollar una alergia.
En los últimos años han aparecido alergias ante alimentos que antes quizá no eran muy frecuentes pero que ahora sà forman parte habitual de nuestra dieta, como son ciertos frutos exóticos, por ejemplo el kiwi. Hay que tener en cuenta que muchos alimentos capaces de producir alergia se encuentran presentes como componentes de otros alimentos como aceites, salsas, helados, bollos, etc. Por ello es importante conocer la composición de los alimentos preparados.
También puede ocurrir que haya una reacción alérgica ante una sustancia o alimento al que teóricamente no se es alérgico o ante el que no ha habido un primer contacto de sensibilización que, como hemos visto en el mecanismo de las alergias, es el primer paso en el que se produce inmunoglobulina E y no se desarrollan sÃntomas. Estas reacciones se llaman alergias cruzadas y se manifiestan cuando el sistema inmunitario también reacciona ante una sustancia parecida al alérgeno frente al que está sensibilizado porque, por alguna razón, los encuentra parecidos. Es frecuente entre grupos de alimentos, por ejemplo la merluza, el salmón y la trucha. También ocurre entre los alimentos vegetales y el polen.
Los sÃntomas de una alergia alimentaria incluyen picor en los labios, lengua y garganta, náuseas, vómitos, dolor de estómago, diarrea, erupción cutánea con picor y sarpullido, mareo, bajada de la presión sanguÃnea e hinchazón o edema. Este edema es más preocupante cuando se produce en los labios, lengua o garganta, ya que puede dificultar la respiración. Los sÃntomas pueden comenzar desde pocos minutos hasta horas después de haber entrado en contacto con el alimento que produce la alergia.
Si se sospecha que se es alérgico a algún alimento habrÃa que realizar una minuciosa observación para saber qué alimento es el causante de la alergia y poder asà evitarlo en el futuro. El contacto con el alimento que produce la alergia no sólo se produce por la ingestión de dicho alimento, sino a veces, en casos de personas muy sensibilizadas, al tocarlo o incluso al respirar aire que contiene residuos de ese alimento.
Las precauciones se basan en introducir con mucho cuidado nuevos alimentos en la dieta de los niños, especialmente si son hijos de padres alérgicos, evitar tomar las sustancias a las que se sabe que se es alérgico, leer la etiqueta de ingredientes de los productos alimenticios que se toman (es conveniente conocer los nombres quÃmicos de los alérgenos para poder reconocerlos), en un restaurante, indicar los alimentos a los que se es alérgico., si se trata de un niño alérgico, avisar de ello a los cuidadores y amigos del niño. Es recomendable llevar una identificación con los productos a los que se es alérgico y es conveniente tener siempre consigo un antihistamÃnico y tomarlo cuando se noten los primeros sÃntomas de reacción alérgica. En caso de personas con alergia grave o riesgo de anafilaxia habrÃa que consultar al médico sobre la posibilidad de llevar una inyección de epinefrina que la misma persona alérgica se pueda administrar llegado el caso.