
Cómo cuidarse a partir de los 60 años

El inexorable paso del tiempo es una realidad inherente al ser humano y que por mucho que haya avanzado la ciencia aún no somos capaces de revertir. Mientras llega ese momento, HM Hospitales ofrece las claves para contrarrestar el deterioro fÃsico asociado al envejecimiento.
De entrada, mantenerse fÃsicamente activo, seguir una dieta equilibrada y la planificación de un chequeo médico completo cada seis meses son las medidas de prevención más reconocidas, y las claves a tener en cuenta sobre las que vamos a hablar en este artÃculo.
El paulatino envejecimiento de la población es una realidad que afecta directamente a la sociedad española, aunque buena parte de este colectivo, un 34%, percibe su salud como buena o muy buena. “España es uno de los paÃses de la Unión Europea (UE) con más porcentaje de personas mayores, y a los 65 años la esperanza de vida de las mujeres es de las más altas de la UE, detrás de Francia; la esperanza de vida a los 65 años de los hombres también es de las más altas de la UE, por debajo de Francia. La esperanza de vida es uno de los indicadores principales que reflejan consecuencias de las polÃticas sanitarias, sociales y económicas de un paÃsâ€, señala el Dr. Rafael Zarzoso, jefe del Servicio de TraumatologÃa del Hospital Universitario HM Madrid.
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Para el colectivo de personas mayores de 60 años la principal causa de muerte se produce por causas circulatorias, seguidas por el cáncer. Aunque según señala el Dr. José MarÃa Pallarés, coordinador de Medicina Interna del Hospital Universitario HM Madrid, “los problemas de salud en una persona de edad superior a los 60 años, son patologÃas crónicas (pulmonares, cardiacas, endocrinas, tumorales…) vienen relacionadas con el sobrepeso, la falta de actividad fÃsica y el estrés, que es muy condicionante pues según se va aumentando en edad el enfrentamiento a los problemas de la vida cotidiana van siendo más difÃciles de asumirâ€.
La principal causa de muerte a partir de los 60 años derivan de problemas circulatorios y cáncerÂ
Eso sÃ, durante el proceso de envejecimiento se producen una serie de cambios que afectan tanto al aspecto biológico como al psicológico de la persona. “TodavÃa no es posible distinguir qué cambios son verdaderamente un resultado del envejecimiento y cuáles derivan de la enfermedad o de distintos factores ambientales y genéticos. En este aspecto, las diferencias individuales son tan notables que hacen difÃcil la extracción de conclusiones sobre el tema. La razón por la que se considera a la persona mayor como ‘vulnerable’ es porque su organismo tarda más tiempo en recuperarse de cualquier proceso que afecte a su normalidadâ€, asevera el Dr. Zarzoso.
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Los cambios considerados como normales asociados al envejecimiento son: Disminución de la agudeza visual y auditiva; Disminución de masa ósea y muscular; Rigidez articular; El proceso de digestión se ralentiza; Disminuye la función renal y la capacidad de la vejiga; Los vasos sanguÃneos se estrechan y pierden elasticidad. Aumenta la presión arterial; También reducen su eficacia los sistemas endocrino (baja la producción de hormonas), nervioso (más lentitud en las respuestas y en los procesos cognitivos) e inmunológico (crece la susceptibilidad a los procesos infecciosos).
Ante estos condicionantes tÃpicos del envejecimiento, la dieta y el ejercicio son las pauteas más recomendadas para ralentizar sus efectos, sin embargo el desgaste fÃsico asociado al envejecimiento es una realidad a la que hay que hacer frente.
Dieta mediterránea
Es en este punto en el que la dieta cobra una especial relevancia: “La dieta en la edad adulta debe ser baja en hidratos de carbono y grasas, siendo importante también las cantidades. Es necesario tener presente que cualquier alimento va a aportar unas calorÃas, y estas están en relación con la cantidad del alimentoâ€, señala el Dr. Pallarés. En la misma lÃnea se expresa el Dr. Zarzoso, quien recomienda “seguir la dieta mediterránea, abundante en fibra y en pescado azul, ya que se ha demostrado que en personas entre los 70 y los 90 años el consumo de pescado azul reduce el riesgo de enfermedad cardiovascular en más de un 50%â€.
La importancia del chequeo
Eso sÃ, una vez superada la sexta década de vida una persona adulta sin enfermedades demostrables deberÃa realizar revisiones médicas como mÃnimo cada seis meses, y ser el médico con su valoración quien indique las pruebas complementarias a realizar, pues no se puede generalizar haciendo el mismo tipo de estudio a cada persona pues sus condiciones fÃsicas, psÃquicas y antecedentes requerirán las exploraciones a considerar. Este chequeo “debe consistir en una analÃtica completa, un electrocardiograma, presión arterial y controlar el peso. En pacientes varones revisión por urólogo para despistar problemas prostáticos asà como las mujeres visitar al ginecólogo para revisión aparato genital y de las mamas. En las mujeres además, cada 2 años es recomendable la realización de una densitometrÃa ósea para valorar presencia de osteopenia u osteoporosis y en cada caso poner tratamiento adecuadoâ€, señala el Dr. Zarzoso.
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Actividad fÃsica esencial
A menudo, se aconseja caminar una hora diaria. Para el Dr. Pallarés, esta es una buena idea, siempre que esa actividad no le impida estar activo el resto del dÃa, ya que “permanecer durante horas sin movilidad es lo peor que puede hacerse†al favorecer la rigidez articular y con ello los dolores y una movilidad aún menor. Actividades como yoga, taichÃ, pilates o natación también pueden ser muy beneficiosas puesto que potencian la flexibilidad y el equilibrio y contribuyen a las relaciones sociales, también muy importantes en esta etapa de la vida.
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Por otro lado, la vista y el oÃdo, al igual que otras partes del organismo, se van deteriorando también con el paso de los años. De hecho, la pérdida de visión de cerca es habitual ya a partir de la cuarta década de la vida. Ambos problemas, sobre todo el relacionado con la visión, son fáciles de controlar y corregir. Por ello y dada la relevancia de estos sentidos, conviene consultar con el médico cualquier alteración que percibamos y, por supuesto, revisarlos periódicamente dentro del chequeo médico. Y es que, destaca el Dr. Pallarés, “ambos son imprescindibles y su falta conlleva un deterioro aún mayorâ€.
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