
DÃa Mundial de la Tierra: Cuidando de nuestra casa

Seguimos mordiendo la mano de quien nos da de comer. En tan solo un siglo y medio, incluso menos, hemos sido capaces de arrasar con buena parte de los recursos naturales que nuestro planeta nos ofrece. Las generaciones de la industrialización, el petróleo y demás combustibles fósiles podemos terminar fagocitando el desarrollo sostenible de un futuro a todas luces incierto. En el DÃa Mundial de la Tierra, desde Knowi queremos hacer un llamamiento para protegerla y cuidarla. Es nuestra casa.
El problema no es tanto la sensibilización de los individuos y las familias en el mundo occidental sobre la forma y modos de reciclar plásticos, papel, vidrio u otros materiales y consumibles, en ello se invierte tiempo y dinero y poco a poco se van constituyendo avances, pero a pesar de ser imprescindible no deja de ser una gota en un océano.
La complejidad asoma cuando hablamos del uso constante de energÃas tradicionales basadas en combustibles sólidos, fósiles, como el petróleo o el carbón, cuando hablamos y no actuamos con decisión en la promoción e investigación sobre nuevas y existentes energÃas alternativas o renovables como puede ser la eólica, la geotérmica, la hidroeléctrica, la mareomotriz (energÃa de las mareas), la solar, la undimotriz (energÃa de las olas), la maremotérmica (energÃa proveniente de la diferencia de temperatura entre la superficie y las aguas profundas del mar y océanos), la osmótica (energÃa proveniente de las diferencias de osmolaridad salina), la biomasa o los biocombustibles, o cuando se trata de grandes empresas e industrias asentadas en paÃses donde las polÃticas de protección del medioambiente no son estrictas o brillan por su ausencia o de paÃses emergentes donde se está produciendo un incremento del poder adquisitivo y por lo tanto de las clases medias, del consumo y del gasto de energÃa en todas sus variantes y de alimentos, agua, etc… buena parte de ellos protegidos por plásticos y sustancias difÃcilmente biodegradables. Todo ello por no hablar de los paÃses industrializados que a pesar de su discreto esfuerzo legislativo y de autocontrol en esta materia, continúan emitiendo y vertiendo cantidades ingentes de CO2 a la atmósfera, de residuos y efluentes escasamente biodegradables, consumiendo grandes cantidades de agua, energÃa y materias primas de todo tipo.
Los expertos afirman que la energÃa más utilizada en el mundo sin duda es la energÃa fósil. Pero como todos sabemos esta es una energÃa finita, limitada por los propios recursos y reservas que nos ofrece nuestro planeta azul, por ello es de suma importancia medir con exactitud las reservas de combustibles fósiles del planeta.
Los datos muestran que podemos distinguir entre las “reservas identificadas†aunque no estén explotadas, y las “reservas probablesâ€, que se podrÃan descubrir con las tecnologÃas futuras. Según los cálculos, el planeta puede suministrar energÃa durante 40 años más (si solo se utiliza el petróleo) y más de 200 (si se sigue utilizando el carbón). A este planteamiento conocido por todos hay alternativas actualmente en estudio, la energÃa de fusión nuclear, las energÃas renovables o las pilas de hidrógeno.
Según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), se calcula que en el mundo suman 1,3 millones las personas que mueren en un año a causa de la contaminación atmosférica urbana; más de la mitad de esas defunciones ocurren en los paÃses en vÃas de desarrollo. La contaminación del aire representa un grave problema de higiene del medio que afecta a los habitantes de los paÃses en vÃas de desarrollo y desarrollados.
Los residentes de las ciudades donde hay niveles elevados de contaminación atmosférica padecen con mayor frecuencia que aquellas que viven en zonas urbanas donde el aire es más limpio enfermedades respiratorias agudas, como las neumonÃas y bronconeumonÃas, crónicas, como por ejemplo la Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica (EPOC) o el cáncer del pulmón y las enfermedades cardiovasculares como la angina de pecho, el infarto agudo de miocardio o los mismos problemas derivados de la coagulación sanguÃnea como puede ser el accidente cerebrovascular (ACV) o las trombosis y embolias en diferentes partes de nuestro organismo.
Por otra parte se observa un incremento de los fenómenos alérgicos con todas sus consecuencias y cortejo sintomático, asà como un envejecimiento prematuro de órganos y sistemas además de problemas relacionados con las radiaciones ultravioleta provenientes del sol en la piel y las consecuencias del efecto invernadero sobre nuestro organismo.
La solución es compleja, en cualquier caso pasa por pensar más en la herencia que dejamos a nuestros hijos y las generaciones futuras en términos de sostenibilidad y en alejar la avaricia y el egoÃsmo incontrolados que hacen que importe poco lo que hagamos si a costa de ello conseguimos pingües beneficios, aunque ello suponga que los demás sufran las consecuencias de tales desmanes.
Más sensibilidad, más rigor, más control, más regulación y más medidas de educación son imprescindibles ya que el ser humano, el individuo, por sà mismo, es difÃcil que reaccione de una forma sólidamente comprometida en esta materia tan imprescindible si queremos que esta siga siendo la casa común de las generaciones que nos sucedan.
De acuerdo en que la solución es compleja, y más que será si no nos concienciamos todos ya de que la solución pasa por nuestras manos.