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Enfermedad cardiaca, prevenla cuidando tu corazón

Enfermedad cardiaca, prevenla cuidando tu corazón

Una de las principales preocupaciones que tenemos especialmente a partir de una cierta edad es la de sufrir una enfermedad cardiaca. A cualquiera nos puede ocurrir, más aún si no cuidamos el corazón y acumulamos factores de riesgo en nuestra vida (Presión arterial alta – hipertensión arterial – , colesterol elevado, diabetes, obesidad y sobrepeso, estrés, tabaquismo, inactividad física, antecedentes familiares de enfermedad cardiovascular, edad -4 de cada 5 muertes debidas a una enfermedad cardiaca se producen en personas mayores de 65 años de edad -…)

shutterstock_102660557Advierten los expertos que los dos factores que más inciden en el cuidado de nuestro corazón son la alimentación y el ejercicio. Se pueden hacer muchas cosas para cuidarlo y la mayoría están relacionadas con llevar una vida sana y saludable. En cuanto a la nutrición, es bueno consumir alimentos frescos, evitar las grasas trans y saturadas, consumir aceite de oliva preferentemente, mantener un equilibrio calórico (las proteínas deben suponer el 15% de tu dieta, y los hidratos de carbono el 50%), consumir frutas, verduras, legumbres, pescado, cereales, arroz, pasta, patatas… Los frutos secos son también cardiosaludables y es bueno reducir las carnes rojas y por supuesto la sal. El café en cantidades moderadas es bueno para la presión arterial, aunque parezca contradictorio. Por último, la fibra es un alimento ideal ya que además favorece el tránsito intestinal.

Es fundamental controlar el peso, muy especialmente la medida de la cintura. Los kilos de más son enemigos de nuestro corazón, ya que tienen una estrecha relación el desarrollo de una enfermedad cardiaca, mucho más si la grasa se localiza en el área abdominal (Los riesgos existen cuando la circunferencia abdominal es superior a  102 cm en el hombre y 88 cm en la mujer). Es fundamental controlar la ingesta de calorías y vigilar especialmente los aumentos de talla, además de controlar el índice de masa corporal (IMC), que no debe ser superior a 25.

Otro aspecto muy importantes es el abandono del hábito de fumar ya que el consumo de tabaco está directamente relacionado con un aumento en el riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares.

Controlar los niveles de colesterol y triglicéridos es un elemento clave a la hora de prevenir un problema cardiovascular (Se considera que hay hipercolesterolemia cuando el nivel de colesterol supera los 200 mg/dL y, sobre todo, cuando el LDL (“colesterol malo”) supera los 130 mg/dL. Además, es importante que los niveles de HDL (“colesterol bueno”) sean superiores a 35 mg/dL en el varón y 40 mg/dL en la mujer para que este tipo de colesterol “bueno” ejerza su efecto protector sobre la salud. En cuanto a los triglicéridos, también es imprescindible controlarlos y conseguir que su presencia en la sangre no supere los 150 mg/dL. Por último también es necesario controlar la glucemia o nivel de azúcar en la sangre, ya que una cifra elevada contribuye a aumentar los riesgos cardiovasculares.

Hemos de controlar nuestra tensión arterial evitando la hipertensión (Tensión alta cuando la sistólica (o alta) es igual o superior a 140 mmHg y la diastólica (baja) es igual o superior a 90 mmHg. Los niveles normales en una persona sana no deberían superar los 120 mmHg de sistólica y los 80 mmHg de diastólica).

No debemos olvidar la práctica de alguna actividad física aeróbica (“footing”, bicicleta, natación, fitness… asociados a pilates, tai Chi, aquagym, yoga, woga, etc…) de forma habitual ya que contribuye a mejorar la circulación, y favorece el buen funcionamiento del músculo cardiaco además de contribuir a normalizar los niveles de glucosa en sangre (glucemia) y colesterol LDL en sangre.

Decir adiós a las situaciones de estrés y ansiedad es fundamental y por ello es muy importante aprender a relajarse y a tomarse la vida con filosofía positiva. Hemos de moderar  el consumo de alcohol (uno o dos vasos de vino al día puede resultar beneficioso para reducir los riesgos cardiovasculares) y por supuesto consultar periódicamente a nuestro médico ante cualquier síntoma y realizar revisiones periódicas, sobre todo a partir de los 45 años, especialmente si se tienen antecedentes familiares de riesgo cardiovascular.

1 Comentario

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    El coranzocito lo tenemos para toda la vida, así que sí, mejor cuidarlo. Gracias por los consejos Knowi!

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