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La educación, fundamental para prevenir las caries en los pequeños

La educación, fundamental para prevenir las caries en los pequeños

Más del 19% de los niños de 2-19 años en EE.UU tienen caries sin tratar; un programa completo de prevención y profilaxis dental para niños debería incluir tratamientos con flúor, el cepillado al menos dos veces al día, la elección adecuada de alimentos en la dieta y la atención odonto-estomatológica especializada habitual.

La caries dental es un proceso localizado  que se produce por la destrucción de los tejidos duros de las piezas dentales debido a la desmineralización provocada por los metabolitos ácidos que producen los microorganismos existentes en placa bacteriana. La caries es una enfermedad que se encuentra íntimamente relacionada con nuestra sociedad y por las condiciones bucodentales de la propia cavidad bucal.

Es curioso apuntar las observaciones de arqueólogos y antropólogos, quienes han demostrado a través de sus estudios la relativa capacidad indestructible que poseen las piezas dentales post-mortem, lo que contrasta radicalmente con la enorme vulnerabilidad que tienen los dientes en los seres vivos.

Las caries han ido avanzando conforme ha ido evolucionando la especie humana, de hecho la incidencia en el hombre prehistórico era mucho menor que la actual.

La caries ha ido avanzando conforme ha ido evolucionando la especie humana, de hecho la incidencia en el hombre prehistórico era mucho menor que la actual. Estudios desarrollados en cráneos de humanos de aquella época se puede determinar que la frecuencia de caries era de entre el 2 y el 7%. En la actualidad en los países desarrollados se ha reducido drásticamente la presencia de esta enfermedad (20-60%) debido fundamentalmente a las ingentes medidas de prevención y programas de educación sanitaria que se han interpuesto y que siguen vigentes en nuestros días. Sin embrago en las zonas y países en vías de desarrollo la presencia de caries alcanza prácticamente al 100% de la población mayor de 24 años.

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En la actualidad para que se forme una caries son necesarios al menos tres parámetros fundamentales, presencia de organismos cariogénicos (aquellos capaces de adherirse a la película formada por proteínas que precipitan sobre la superficie del esmalte y se congregan formando un “biofilm” o comunidad cooperativa); dientes susceptibles o anatomía dental ya que la composición de su superficie y su localización hace que los dientes retengan más o menos placa dental y por último un substrato adecuado ya que la placa dental es capaz de producir caries debido a la capacidad acidogénica y acidurica que poseen los microorganismos que la colonizan a lo largo del tiempo. Además son importantes otros factores secundarios como la composición de la saliva, el flujo salival, la higiene buco-dentaria y la dieta (la presencia de carbohidratos fermentables en la dieta condiciona la aparición de caries, sin embargo los almidones no la producen).

Prevenir las caries es fundamental  y una adecuada educación desde la edad escolar es muy importante:  las normas de higiene bucodental son determinantes de cara a este proceso, una dieta adecuada, reduciendo los alimentos que contengan azúcar (los alimentos que contienen almidón no son tan cariógenos como los que contiene sacarosa), un balance adecuado de proteínas, grasas, vitaminas y minerales, sobre todo de los que han demostrado ser cariostáticos como el fluor, vanadio, estroncio, etc..

El cepillado de los dientes tras las comidas para eliminar la placa sin dañar ni los dientes ni los tejidos blandos es un factor clave de prevención. Es importante el tiempo de cepillado, la frecuencia y el tipo de cepillado. Lo importante del cepillado es que no se olvide ninguna zona. También son muy útiles las sedas dentales para limpiar las caras interproximales de los dientes.

Por último y no por ello menos importante no debemos olvidar la importancia del flúor en la prevención, es importante la fluoración de las aguas, la utilización de suplementos pediátricos, dentífricos que lo contengan, colutorios y el sellado oclusal de los hoyos y fisuras de las caras oclusales y otras superficies dentarias. Todo ello previa consulta y consejo del odontólogo o el estomatólogo que son los especialistas a los que debemos acudir con frecuencia.

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