
Las bacterias, esas pequeñas compañeras

Allá donde mires, no las verás, pero ahà están… no solemos pensar en ellas y sólo nos acordamos de su existencia cuando caemos enfermos, pero son los organismos más abundantes del planeta.
Las bacterias son microorganismos procariotas de un tamaño de unos pocos micrómetros y pueden presentar diversas formas: filamentos, esferas (cocos), barras (bacilos), sacacorchos (vibrios) y hélices (espirilos). La principal diferencia con respecto a las células eucariotas es que no poseen el material genético encerrado en ninguna estructura como el núcleo. Son organismos fascinantes y casi omnipresentes, ya que se encuentran en todos los hábitats terrestres y acuáticos; crecen hasta en los más extremos como en los manantiales de aguas calientes y ácidas, en desechos radioactivos, en las profundidades tanto del mar como de la corteza terrestre. Algunas bacterias pueden incluso sobrevivir en las condiciones extremas del espacio exterior. Se estima que se pueden encontrar en torno a 40 millones de células bacterianas en un gramo de tierra y un millón de células bacterianas en un mililitro de agua dulce. Viven tanto dentro de nosotros como pegadas a nuestra piel. Son imprescindibles para la vida tal y como la conocemos pero no vamos a negar que si no llega a ser por el efecto protector de nuestro sistema inmunológico, muchas de estas bacterias que nos rodean son patógenas y pueden causar enfermedades infecciosas que van desde unas anginas hasta cólera, difteria, escarlatina, lepra, sÃfilis, tifus…
Muchos antibióticos basan su mecanismo de acción en interferir en alguno de los pasos del ciclo de vida bacteriano, pero su amplio uso está provocando que las bacterias creen resistencia frente a algunos compuestos. Es más, son ya muchas las voces que gritan cifras alarmantes, como por ejemplo las últimas lanzadas en un informe basado en estudios existentes del instituto de análisis Rand Europa y la consultora KPMG encargado por el gobierno británico que dice que “la resistencia a los antibióticos podrÃa ser responsable de 10 millones de muertes al año hacia 2050 y golpear el producto interno bruto mundial de 2,0 a 3,5%â€.
De estos pequeños seres vivos hay que mencionar su utilidad en la tecnologÃa e industria. Gran cantidad de sustancias quÃmicas importantes como alcohol etÃlico, ácido acético, alcohol butÃlico y acetona son producidas por bacterias especÃficas. También se emplean bacterias para el curado de tabaco, el curtido de cueros, caucho, algodón, etc. Las bacterias (a menudo Lactobacillus) junto con levaduras y mohos, se han utilizado durante miles de años para la preparación de alimentos fermentados tales como queso, mantequilla, encurtidos, vinagre, vino y yogur.
Las bacterias también pueden ser utilizadas para el control biológico de parásitos en sustitución de los pesticidas en los cultivos y actualmente cabe destacar su papel como herramienta básica en los campos de la biologÃa, la genética y la bioquÃmica moleculares debido a su capacidad para crecer rápidamente y a la facilidad relativa con la que pueden ser manipuladas. La comprensión del metabolismo y la genética bacteriana permite a la biotecnologÃa la modificación de las bacterias para que produzcan diversas proteÃnas terapéuticas, tales como insulina, factores de crecimiento y anticuerpos. Además se están llevando a cabo múltiples ensayos en los que se utilizan bacterias como vehÃculos que trasportan antitumorales, haciendo el tratamiento especÃfico y, por lo tanto, más efectivo.
Por lo tanto ya es hora de que cambiemos el chip y no veamos sólo el lado malvado de las bacterias. Pese a lo aterrador y preocupante de las enfermedades que pueden causar, las bacterias son más beneficiosas que perjudiciales para las personas. Sólo una muy pequeña parte de las bacterias son patógenas para el hombre. El resto pueden ser indiferentes o beneficiosas.