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Nomofobia o el miedo a estar sin teléfono móvil, la patología del siglo XXI

Nomofobia o el miedo a estar sin teléfono móvil, la patología del siglo XXI

Nomofobia es un término de reciente manufactura, corresponde a la abreviatura de la expresión inglesa ‘no-mobile-phone phobia’, que los expertos han identificado como el miedo a estar sin el teléfono móvil, y que según vaticinan los expertos podría ser la enfermedad del siglo XXI.

La adicción al teléfono móvil y el miedo exacerbado a estar sin él es una patología emergente en nuestra sociedad de consumo, dicen las estadísticas que al menos uno de cada mil usuarios de teléfonos móviles especialmente los usuarios de “smartphones” desarrollan este tipo de necesidad compulsiva de estar constantemente pendientes de su terminal (Ya hay más de 250 millones de “smartphones en el mundo).

Estudios recientes apuntan a que 66% de la población británica padece nomofobia, el 41 % de los individuos consultados posee dos o más terminales, cada persona consulta una media de 34 veces su terminal al día y el 70% de las mujeres y el 61% de los hombres confiesan tener “pánico” a perder su terminal; y lo peor de todo es que este fenómeno es creciente y por lo tanto preocupante desde todos los puntos de vista, especialmente el de la salud.

Cuántas veces cuando vamos por la calle nos encontramos a personas que están hablando sin parar o enviando mensajes de whatsapp, e.mail, sms o conectados a la red social que sea, chateando o simplemente entrando en internet para ver cualquier tipo de información. El estereotipo suele ser el de una persona joven, con un rango de edad próximo a la adolescencia, aunque cada vez afecta a personas más mayores que compulsivamente están poniendo mensajes sin parar y utilizando su dispositivo con la mirada fija en él.

Podríamos definir este estado adictivo como una necesidad compulsiva de estar constantemente pendiente del terminal telefónico y en caso de estar alejado de él se genera un estado clásico de ansiedad, con todo su cortejo sintomático, nerviosismo, intranquilidad, sensación de cierta angustia con palpitaciones, sudoración fría, sensación de falta de aire, etc…

Estudios recientes han demostrado que personas “adictas” que dejan de usar sus móviles, tienen como consecuencia lo que se puede llamar el “Síndrome de abstinencia psicológica y física”. Este síndrome tiene síntomas como una gran angustia, ansiedad, nerviosismo, irritabilidad, etc. Y todo ello desaparece cuando, de nuevo, tienen oportunidad de usar su terminal.

Es curioso que precisamente en la era de la información y de las nuevas tecnologías cuantos más elementos de comunicación e información disponible hay, más individualismo existe y menos comunicación interpersonal física se produce, cada vez con más profusión utilizamos las herramientas de comunicación electrónica para gestionar prácticamente todos los aspectos de nuestras vidas.

Los expertos señalan que “hay muchos efectos de la adicción, pero los que son más frecuentes y están presentes en la mayoría de los casos son: Aislamiento y soledad, alteraciones del comportamiento, variaciones en el estado de ánimo, comportamiento compulsivo, dificultades en la comunicación interpersonal, problemas con el lenguaje, puesto que ya no se escribe bien puesto que lo importante es la rapidez; riesgo de establecer contactos de riesgo como quedar con desconocidos que pueden aportar consecuencias negativas.

Por otro lado el comportamiento adictivo a estos dispositivos hace ser muy sensible a los juicios y valoraciones de los demás e incrementa el sentimiento de inseguridad, en casos de un uso compulsivo se puede producir un fracaso escolar o generar agresividad y en los casos más graves, se puede llegar a robar y a mentir con tal de tener un móvil porque la adicción es capaz de anular todo nuestro control como personas. En algunos chicos/as se produce también absentismo escolar o no respetan los horarios de estudio, pasar horas chateando en lugar de relacionarse con otros jóvenes de su edad es frecuente”.

Ante esta situación detectada y reconocida la mejor solución es ponerse en manos de un especialista que trate de ofrecernos ayuda, en ese sentido la psicología conductual además de otras medidas psicológicas y llegado el caso farmacológicas tienen un gran valor ya que pueden ayudar al individuo a cambiar hábitos y conductas.

4 Comentarios

  1. Avatar

    Más de una vez me he dado la vuelta en el metro para volver a casa a coger el móvil…tendré nomofobia??? o es simple manía??? no tenía ni idea de que existía un concepto para definir la angustia que se siente cuando no tienes el móvil encima!

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      Una enfermedad emergente! Como la Whatsappitis! 🙂

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  2. Avatar

    Como hay pocas enfermedades que no podemos controlar, nos generamos nosotros mismos más….increíble!!

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  3. Avatar

    Por fortuna no padezco de ella, pues cargo un celular antiguo que solo sirve para llamar e incluso no quería tenerlo debido a que perderia parte de mi libertad, así fue.

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