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Nuestros guardianes

Nuestros guardianes

Escribiendo este artículo me han venido unos recuerdos imborrables a la memoria y sobre todo la sensación de lo friki que era de la serie “Érase una vez la vida”. Y qué mejor manera de abrir un artículo que pretende explicar cómo funcionan nuestro sistema inmunitario, nuestros guardianes, que con un vídeo que nos haga viajar en el tiempo:

Ser inmune significa estar protegido. Por lo tanto, tiene sentido que el sistema corporal que ayuda a combatir las enfermedades se llame “sistema inmunológico” o “sistema inmunitario”. El sistema inmunológico está formado por una red de células, tejidos y órganos que trabajan en conjunto para proteger el cuerpo.

Los glóbulos blancos forman parte de este sistema de defensa. También reciben el nombre de “leucocitos”. Existen dos tipos básicos de estas células encargadas de combatir gérmenes:

-Los fagocitos devoran a los gérmenes invasores. Hay varios tipos de fagocitos, los más conocidos son los neutrófilos, que principalmente atacan a las bacterias. Si los médicos sospechan una infección bacteriana, pueden pedir un análisis de sangre para saber si el número de neutrófilos del paciente ha aumentado debido a la infección. Los otros tipos de fagocitos tienen funciones específicas para garantizar que el cuerpo reaccione adecuadamente a un determinado tipo de invasor.

-Los linfocitos permiten que el cuerpo recuerde a los invasores y los reconozca si regresan. Los dos tipos de linfocitos son los linfocitos B y los linfocitos T. Los linfocitos se originan en la médula ósea y, o bien se quedan allí y se convierten en células B, o se dirigen a la glándula del timo, donde se convierten en células T. Los linfocitos B y los linfocitos T tienen funciones diferentes: Los linfocitos B funcionan como el sistema de inteligencia militar del cuerpo, ya que localizan el objetivo y envían defensas para atraparlo. Las células T se asemejan a los soldados: destruyen a los invasores que el sistema de inteligencia identifica.

Los leucocitos se encuentran en muchos lugares, incluido el bazo, un órgano ubicado en el vientre, que se encarga de filtrar la sangre y de ayudar a combatir las infecciones. Los leucocitos también están presentes en la médula ósea, que es una gelatina espesa y esponjosa ubicada en el interior de los huesos.

El sistema linfático también está habitado por estas células encargadas de combatir los gérmenes. Si alguna vez se te inflamaron los “ganglios” ubicados a los del cuello, como cuando tienes dolor de garganta, entonces sabes lo que es el sistema linfático. Los ganglios linfáticos contienen agrupaciones de células del sistema inmune. En general, los ganglios son pequeños, de forma redondeada y pasan desapercibidos. Pero cuando se inflaman, indican que el sistema inmunológico está trabajando.

Los ganglios y los pequeños canales que los conectan entre sí, contienen linfa, un líquido transparente con leucocitos (glóbulos blancos). Además de a los del cuello, ¿en qué otros lugares tienes ganglios linfáticos? Detrás de la rodillas, en las axilas y en la ingle; por nombrar sólo algunos.

Ahora bien, cuentas con este excelente sistema, ¿pero es suficiente para evitar que enfermemos? En realidad, todos enfermamos de vez en cuando, pero el sistema inmunológico ayuda a curarnos. Y si te has dado las vacunas correspondientes, el cuerpo está más que preparado para combatir las enfermedades graves que el sistema inmunológico por sí solo podría no enfrentar correctamente. Por ejemplo, si te das la vacuna contra el sarampión, y alguna vez te ves expuesto a esta enfermedad, estarás protegido del contagio.

A veces, algunas personas tienen problemas con el sistema inmunológico. Las alergias son un problema de este tipo: el sistema inmunológico reacciona de manera exagerada y trata a algo inocuo, como los cacahuetes, como si se tratara de algo verdaderamente peligroso para el cuerpo.

En el caso de algunas enfermedades, como el lupus o la artritis reumatoide juvenil, en lugar de combatir los gérmenes, el sistema inmune combate las células sanas y esto puede causar problemas. Otros problemas del sistema inmunológico se desarrollan debido a enfermedades como el VIH/SIDA o el cáncer.

La mayoría de las afecciones del sistema inmunológico se pueden prevenir. Pero si surgen, es posible tratarlos con medicamentos y de otras maneras para lograr que la persona se sienta bien y sana nuevamente.

Si hoy te sientes bien, ¡dale las gracias a tu sistema inmunológico!

2 Comentarios

  1. Avatar

    Qué recuerdos Sara!!! y qué gran artículo…a cuidar a nuestros guardianes!!

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  2. Avatar

    He leído lupus y se me ha venido a la mente “House”, ¿por qué será? jeje

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