
Probióticos, aliados contra la esteatosis

Buenas noticias son las que nos aportan en esta ocasión cientÃficos españoles puesto que han demostrado en un experimento realizado con ratas obesas que consumir probióticos durante 30 dÃas ayuda a disminuir la acumulación de grasa en el hÃgado. Este hallazgo, publicado por la revista PLOS ONE, supone un importante avance cientÃfico en la lucha contra la enfermedad del hÃgado graso no alcohólico (NAFLD, por sus siglas en inglés), asociada a la obesidad y a la diabetes.
Los investigadores, pertenecientes al grupo “BioquÃmica de la Nutrición. Implicaciones Terapéuticas†(CTS-461) y al Instituto de Nutrición y TecnologÃa de los Alimentos “José Mataix†de la Universidad de Granada, han demostrado que la administración de tres cepas de probióticos disminuye la acumulación de grasa en el hÃgado de ratas obesas, además de encontrarse valores menores de moléculas proinflamatorias en el suero, según comenta el autor principal del estudio, el profesor Luis Fontana Gallego.
Los probióticos son microorganismos (bacterias o levaduras) que confieren efectos saludables a la persona que los toma en cantidades adecuadas. Tradicionalmente, solo se consideraban microorganismos vivos, pero el concepto se amplió pues algunos microorganismos muertos, o incluso componentes de éstos, pueden exhibir propiedades probióticas.
La acumulación de grasa en el hÃgado se denomina esteatosis y constituye el primer estadio de la NAFLD, enfermedad asociada a la obesidad y a la diabetes. Dado que la prevalencia de estas dos patologÃas es cada vez mayor, NAFLD se ha convertido también un problema de salud que afecta a millones de personas en todo el mundo (20 – 30% de la población general en varios paÃses).
Según apuntan los expertos, la esteatosis hepática no alcohólica se presenta en sujetos que no beben alcohol o que beben en forma moderada (<20 g . / dÃa) y se considera como la expresión en el hÃgado de un sÃndrome complejo que se denomina como el sÃndrome metabólico.
El sÃndrome metabólico comprende una serie de alteraciones entre las que destacan la obesidad, especialmente obesidad central, con una circunferencia en la cintura > 94 cm. en el hombre y > 80 cm. en la mujer; con frecuencia se acompaña de un Ãndice de masa corporal (IMC) mayor de 30 kg / m2. Otros componentes del sÃndrome metabólico son la resistencia a la insulina, intolerancia a los hidratos de carbono o bien Diabetes Mellitus Tipo 2 (DMT2), dislipidemia con aumento en la cifra de triglicéridos en el suero > 150 mg / dl, disminución de las liproproteÃnas de alta densidad (también llamado colesterol bueno o protector) con cifras < 40 mg/dl en el hombre y < de 50 mg/dl en la mujer e hipertensión arterial > 140/90 mmHg.
Hay personas en su peso ideal o delgados con IMC normal pero que pueden tener esteatosis hepática por tener una acentuada resistencia a la insulina en el tejido adiposo. En sujetos obesos, aquellos con un IMC > 30, se ha reportado que el 75 % pueden tener esteatosis hepática y el 19 %, esteatohepatitis (forma más agresiva de esteatosis hepática en la cual la infiltración grasa del hÃgado en un porcentaje variable de pacientes (que puede llegar hasta el 20 %), se acompaña de intensa actividad necro-inflamatoria y puede progresar a fibrosis y cirrosis hepática y eventualmente a insuficiencia hepática y hepatocarcinoma). En la obesidad mórbida, sujetos que pesan más del 200 % arriba de su peso ideal, el 93 % tienen esteatosis hepática y entre un 20% y 47% tienen esteatohepatitis; por otra parte, más del 60 % de los enfermos con DMT2 tienen esteatosis en el hÃgado. En Estados Unidos se ha calculado que la esteatosis hepática está presente en el 2.6 % de los niños y en los niños obesos aumenta hasta un 22.5 a 52.8 %.
Al parecer no hay un tratamiento farmacológico que haya demostrado ser determinante, algunas modalidades descritas incluyen: medicamentos utilizados para bajar de peso, medicamentos que intentan bloquear la resistencia a la insulina, agentes hipolipemiantes, antioxidantes, citoprotectores, además de la cirugÃa bariátrica. En cualquier caso y tal como señalan los investigadores del estudio de la Universidad de Granada, la enfermedad hepática no se curará con probióticos, pero estos microorganismos sà pueden servir como terapia coadyuvante a otros tratamientos.
Qué bien! todos los avances para cualquier enfermedad son bienvenidos!