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Consejos para evitar el síndrome de la clase turista

Consejos para evitar el síndrome de la clase turista

Quien ha viajado en avión sabe que el espacio entre asientos es reducido y que si el vuelo es largo el viaje puede ser muy incómodo.

Sin embargo, las consecuencias pueden ir más allá de una experiencia desagradable y dar lugar a lo que se conoce como “el síndrome de clase turista”, uno de los problemas vasculares derivado de una situación de inmovilidad prolongada que, si bien no es frecuente, puede llegar a ser muy grave. Nos lo cuenta el Dr. Justo M. Menéndez de HM Hospitales.

El síndrome de clase turista, explica el Dr. Justo M. Menéndez, jefe de servicio de Urgencias y responsable de la Unidad de Medicina del Viajero del Hospital Universitario HM Sanchinarro, hace referencia a “un problema vascular que puede producirse debido a la inmovilidad prolongada cuando se hace un vuelo de larga duración en clase turista” ya que, generalmente, conlleva estar mucho tiempo sentado y con poco espacio para estirar las piernas.

Como consecuencia, añade, “se pueden producir trombosis venosas en las piernas, con hinchazón y dolor en las pantorrillas. Una posible complicación es el tromboembolismo pulmonar, es decir, se suelta un trombo de la pierna y se desplaza hasta el pulmón, quedando enclavado allí”. Se trata, por tanto, de una situación que si bien es poco frecuente, puede llegar a ser muy grave.

¿A quién puede afectar el Síndrome de la clase turista?

Aunque puede afectar a cualquier persona, lo cierto es que en población sana, subraya el Dr. Menéndez, es algo excepcional porque “el organismo tiene mecanismos de compensación suficientes para evitarlo”. De hecho, la incidencia es de un caso por cada 4.000 personas al año, aunque a partir de las ocho horas de vuelo la incidencia se multiplica hasta por 6 y por 8 veces.

Sin embargo, presentan un riesgo incrementado aquellos que tienen:

Consejos para evitar problemas vasculares durante un vuelo

Una situación de inmovilidad prolongada puede provocar problemas vasculares, como el conocido “síndrome de la clase turista”

  • Problemas circulatorios como insuficiencia venosa o enfermedades que faciliten la coagulación de la sangre, llamadas trombofilias
  • Insuficiencia cardiaca
  • Diabetes Mellitus
  • Tumores
  • Edad avanzada

O bien hayan sufrido:

  • Alguna intervención quirúrgica reciente
  • Traumatismos importantes en las piernas
  • Algún episodio de trombosis venosa

Además, hay que tener en cuenta que cuanto más largo sea el viaje mayor es el riesgo, especialmente si se sobrepasan las 6-8 horas de vuelo. Por eso, explica el Dr. Menéndez, los problemas vasculares asociados al síndrome de clase turista “son prácticamente exclusivos de viajes transoceánicos en avión”.

¿Cómo se puede prevenir el Síndrome de la clase turista?

Según explica el Dr. Menéndez, esto es lo que hay que tener en cuenta para evitar problemas vasculares si se va a viajar durante más de seis horas en clase turista:

  • Si se pertenece a un grupo de riesgo aumentado, hay que consultar con el médico para que informe y aconseje con el fin de evitar al máximo los riesgos derivados de problemas vasculares. En estos casos, la utilización de calcetines o medias de compresión puede ser muy útil. También puede estar indicado el tratamiento con antiagregantes como aspirina e incluso la administración de una dosis de heparina de bajo peso molecular.
  • Evitar la inmovilidad prolongada durante el vuelo: levantarse y caminar, por lo menos, cada dos horas.
  • En el asiento: intentar estirar las piernas todo lo que se pueda.
  • En la medida en que sea posible, mientras se esté sentado, no se debe mantener las piernas dobladas o cruzadas durante mucho tiempo.
  • Estar bien hidratados durante el vuelo.

Estos consejos son de gran ayuda con el fin de evitar problemas vasculares que pueden surgir tras un viaje de larga duración en avión.

Síntomas del Síndrome de la clase turista

Lo cierto es que los síntomas no suelen aparecer durante el vuelo sino ya en el lugar de destino, durante los días siguientes. Los más comunes son dolor en la pantorrilla, hinchazón y edema en la pierna e incluso cierta dificultad para caminar. Y, como advierte el Dr. Menéndez, “si se complica con un embolismo pulmonar puede aparecer dolor en el pecho y sensación de dificultad para respirar” por lo que habría que acudir inmediatamente a los servicios de urgencias.

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