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Los síntomas de la deshidratación

Los síntomas de la deshidratación

La deshidratación ocurre cuando el organismo no tiene el agua necesaria, y ésta deshidratación puede ser leve, moderada o grave en función del líquido que se haya perdido.

En verano, con las altas temperaturas, aumenta el riesgo de deshidratación y ésta puede ser peligrosa en determinados casos, especialmente entre los más pequeños y la población más longeva.

La deshidratación, desde un punto de vista médico supone un balance negativo de agua corporal, es decir, la excreción de líquidos es mayor que el consumo. Cuando nos encontramos en situación de deshidratación debemos reponer líquidos de manera inmediata, especialmente si ésta se encuentra en un estado más peligroso.

Síntomas de la deshidratación

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Los principales síntomas de la deshidratación son la sed, la confusión y una orina más amarilla y densa de lo habitual.

Cuando la deshidratación es leve el síntoma principal y el primero en aparecer es la sed. Pero si éste síntoma da paso a otros puede ser porque el nivel de deshidratación es más alto. Aparecerán entonces otros síntomas como la sensación de confusión, fatiga o cansancio, dolor de cabeza, somnolencia, inestabilidad e incluso pueden darse episodios de estreñimiento, trastornos broncopulmonares, infección del tracto urinario, cálculos renales etc.

Estos síntomas pueden aparecer por estar expuesto al sol sin ingerir líquidos durante un periodo de tiempo más o menos prolongado, o pueden darse junto a enfermedades como la diabetes insípida, gastroenteritis, etc.

En verano es más fácil que haya casos de deshidratación, por eso es muy importante tener en cuenta una serie de consejos para prevenirla.

Cómo prevenir la deshidratación

  • Beber agua abundantemente
  • Consumir más frutas y verduras (que nos aportan agua)
  • Introducir alimentos con fibra en la dieta
  • Realizar entre 4 y 6 comidas diaria, en cantidades moderadas.
  • Practicar deporte, pero no en las horas más calurosas del día y siempre cuidando mucho la hidratación antes, durante y después.
  • En las jornadas de trabajo hacer pausas cada cierto tiempo para estirar las piernas y reactivar la circulación.

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